lunes, 22 de agosto de 2011

NO TENGO BLACKBERRY


Inspirado en una historia de JC de Narváez

Si… aunque usted no lo crea… NO TENGO BLACKBERRY. Puede sonar a chiste, a comentario de mal gusto o quizás al disparate más descabellado de este mundo, es más, puedo ver el esbozo de sonrisa burlona que ahora usted tiene en su rostro… pero es la verdad… y creo que me avergüenza un poco admitirlo.

Tengo un teléfono móvil que la gente popularizo como “flecha” porque lo puede tener cualquier “indio”... y si... así me siento... Como un simple Chibcha, como un Muisca bajado a punta de espejo cada vez que alguien, ya sea en una reunión, en un restaurante o hasta en un simple bus saca el dichoso aparatito.

Mis amigos se burlan de mí pidiéndome el PIN… Veo como todos se divierten con los chistes de Natalia Paris y los rotan entre ellos…. Pero a mí nunca me llega nada... Ya ni reír puedo…

Una vez encontré a un par de amigos consolándose tan profundamente que pensé que algún familiar de ellos había muerto. Me acerqué con el ánimo de confortar a quien lo necesitara y lo que encontré fue que a uno de ellos se le había dañado su BB y estaba desconsolado… el otro le daba pequeños golpes en la espalda y le repetía constantemente” tranquilo… yo te entiendo”. Claro, el único  que no entendía era yo… No entendía como esa persona no  iba a ser feliz algunos días sin su cabeza gacha y sin sus dedos haciendo la forma de un cuadro y sin reír solo como un tonto… No… no lo entendía.

Días atrás un tío (más atrasado que yo, por supuesto, él no tiene ni teléfono) trato de consolarme diciéndome que estos teléfonos con oficina incluida, eran las nuevas cadenas de los nuevos esclavos corporativos. Ahora los horarios no eran de 8 de la mañana a 6 de la tarde, de lunes  a viernes; si no que las personas deberían estar disponibles 24 horas al día los 7 días de la semana para sus compañías gracias a estos últimos avances tecnológicos. Eran cadenas inalámbricas… así lo dijo.

Pero, yo quiero estar atado, quiero comprobar que se siente estar siempre conectado y no tener la zozobra de que si no estoy on line me pueda perder el fin del mundo, la entrega total de las FARC, la verdad acerca del Bolillo Gómez o si Juanita está feliz o si tiene dolor de muela para colocarle “Me Gusta”… yo quiero que esa cadena se me enrolle en el cuello, me saque los ojos de las orbitas y me asfixie hasta volverme morado… o del color del protector de mi Blackberry.

Amanecerá y veremos… pero no nos PINearemos… Por ahora…

No hay comentarios:

Publicar un comentario