domingo, 10 de julio de 2011

APOCALIPSIS - MARIO MENDOZA

Desde que tengo la oportunidad de trabajar como locutor en el centro de convenciones donde se realiza la Feria Internacional del libro de Bogotá, por cosas del destino ha crecido en mí el hambre por la lectura.

Y digo por casualidad porque fue una afición que no me esperaba, ya que las editoriales siempre han tenido el detalle de regalar ejemplares de sus publicaciones al presentador  de turno y desde hace 5 años ese personaje soy yo. Lo que quiere decir que de cada versión  de la feria del libro puedo obtener por aprecio a mi labor entre 30 y 40 obras.

Este año me regalaron una serie de libros muy particular y esas lecturas también tendrán espacio aquí en Bitácora 8008. Mi humilde visión de lo leído.

Empezaremos esta serie de comentarios con APOCALIPSIS de MARIO MENDOZA.

Siempre me han llamado la atención los libros que se desarrollan en Bogotá, mi ciudad natal y donde actualmente resido. No es lo mismo  para mí que una buena historia suceda en Paris, Londres o Nueva York y que el escritor se esfuerce con prosa diligente en las descripciones de los sitios y las calles; a que sea narrada en las profundidades, quizás no tan hermosas, de mi Bogotá.

Me siento identificado con cada sitio, puedo observar cada avenida, saborear cada comida, percibir cada aroma con tan solo que el escritor mencione una dirección o un lugar en su historia.

Y eso es lo que logra precisamente Mario Mendoza en cada uno de sus escritos. Describir esa ciudad subterránea donde todo lo inimaginable transcurre en el espacio que me rodea.

De eso trata Apocalipsis. Es una historia que como en la mayoría de los escritos del autor, se desarrolla en el bajo mundo bogotano, que abarca varias décadas y que disemina con habilidad pasmosa la vida corriente, de la gente del común, como tú, como yo, en una de las metrópolis más violentas del mundo.

Con este libro Mendoza, cierra una saga de diez libros donde nos ha demostrado los espacios más recónditos del  alma y las pasiones más profundas del hombre.

Recomiendo su lectura.

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